O las paradojas del viaje en el tiempo
Hoy me siento divulgativo, me voy a atrever a exponer un tema complejo e incluso controvertido, que me ronda periódicamente por la cabeza. Si ya es difícil explicarlo con ecuaciones, te puedo asegurar que no es más fácil hacerlo sin ellas. Pero lo voy a intentar.
Hemos oído que es posible viajar al futuro, pero que no es posible hacerlo al pasado. Aún con la confusión que el cine o la literatura generan sobre esta cuestión, esta es la versión más conocida y también la más aceptada por la comunidad científica. La teoría de la relatividad es el origen de estas afirmaciones.
Todos conocemos la paradoja de los dos gemelos en la que, mientras uno permanece en la Tierra, si al otro lo embarcamos en una nave espacial y lo ponemos a viajar a una velocidad próxima a la de la luz, por la dilatación del tiempo que teoriza Einstein, el reloj del gemelo que viaja se mueve más lentamente que el de su hermano en la Tierra. Cuando se encuentran años después resulta que el que ha viajado es considerablemente más joven que su hermano. Él sentirá que se ha desplazado en el tiempo, accediendo al futuro. Suponiendo que haya viajado durante 30 años, para su hermano habrán transcurrido 68,7 años (si el viaja entre el año 2050 y el 2080, aterrizará en la Tierra en el 2118).
Puedo asegurarte que la dilatación temporal está sobradamente probada. Por este efecto corregimos en los satélites GPS sus relojes constantemente, para paliar estos efectos relativistas. También se ha demostrado haciendo viajar a relojes atómicos en diferentes direcciones (retrasándose los que viajaron hacia el este en el sentido de la rotación de la tierra y, adelantándose los que lo hicieron hacia el oeste), con la desintegración espontánea de los muones y con varios experimentos más.
Pero estos viajes al futuro nos dejan muy insatisfechos, por el necesario viaje a altas velocidades y por el resultado limitado. Y si a esto unimos la imposibilidad de viajar al pasado, que nos dicta por ejemplo la violación de la causalidad que te explico a continuación, la decepción es absoluta para los soñadores como yo.
Aunque siempre hay un rayo de esperanza. Vemos una posibilidad teórica de viajar en el tiempo: los puentes de Einstein-Rosen, más conocidos como agujeros de gusano, que conectan dos regiones del espacio-tiempo.
Nos lo han explicado con una hoja de papel sobre la que trazamos una línea recta que representa el tiempo lineal, pasado, presente y futuro. Si doblamos el papel, los extremos de la línea se encuentran y, perforando los extremos con un lápiz, habremos creado un agujero por el que desplazarnos de un momento temporal a otro.
Los primeros gusanos teorizados (1935) conectaban dos agujeros negros, eran inestables y no transitables (se colapsaban antes de que la propia luz pudiese atravesarlos).
Los de Morris-Thorne (1988) son un modelo que si serían transitables, pero que tendrían la dificultad de mantenerlos abiertos y estables, para lo que necesitarían materia exótica, un concepto todavía por desarrollar (existen indicios).
Pero la Física es un ente vivo y cambiante, evoluciona y se abre paso de maneras insospechadas en territorios inexplorados. Doy fe plena de esto, por mi propia experiencia.
Así, mientras esperamos a que la ciencia abra esos caminos que nos ilusionan y que nos confirmarán la posibilidad de viajar en el tiempo, no debemos dejar de lado otra forma de viajar que llevamos practicando desde hace mucho tiempo: la novela histórica nos traslada al pasado de una manera que no hubiésemos creído posible. Yo he visitado el antiguo Egipto con un detalle increíble, la China imperial, Roma, la civilización Azteca y un largo etcétera de épocas pasadas, algunas remotas, otras más recientes.
La ciencia ficción nos ha hecho conocer con anticipación mundos futuros antes de que se hiciesen realidad. Muchos de los descritos no han llegado a hacerse realidad, al menos de momento en este universo, quien sabe si en algún otro lugar del multiverso… ¿No es esto viajar al futuro? Yo opino que sí.
¿Y qué hay de viajar al pasado y cambiar la historia? Me gusta la tesis de autoconsistencia de Novikov. Plantea que, si viajas hacia atrás, todo lo que hagas ya forma parte de la historia (ya ha ocurrido). Así responde a la paradoja del abuelo en la que los detractores del viaje al pasado se basan para negar la posibilidad de hacerlo: si matas a tu abuelo antes de que tu padre nazca, entonces tu nunca habrás nacido y no puedes estar en el pasado.
Novikov afirma que tu viaje al pasado está predestinado a no generar paradojas (si disparas a tu abuelo fallas, o lo hieres, pero sobrevive).
Otra teoría que defiende el viaje al pasado es la de los multiversos de Everett, que postula que, al alterar el pasado, no cambia tu propio mundo, sino que creas otro universo divergente. En este, tu abuelo muere, tu padre no llega a gestarse y tú nunca naces, pero tú sigues existiendo en el universo en el que llegaste a nacer. Así, viajar al pasado no cambia tu línea temporal original, sólo genera una nueva.
¿Y hacia el futuro? La Física no permite viajar desde el instante 1 al instante 2 directamente. Sólo explica la dilatación de tu tiempo para que aparezcas en el destino, previo viaje a la velocidad de la luz. Ya hemos dicho que esto nos resulta decepcionante ¿Nos conformamos? Yo creo que las ventanas abiertas nos llevarán a demostrar que hay otra manera.
Me inclino a regresar a la teoría de los agujeros de gusano, túneles o atajos a través del espacio-tiempo. Serían un puente que conectaría dos regiones diferentes del universo o incluso dos momentos distintos en el tiempo (recuerda el ejemplo de la hoja de papel doblada que perforamos).
Ahora, el reto de la Física es encontrar la manera de que el túnel no colapse. Una posibilidad es la materia exótica, un concepto que implica materia con energía negativa, esto es, una materia que en lugar de mostrar atracción gravitatoria, mostraría repulsión gravitatoria (gravedad negativa), lo que mantendría abierto y estable el agujero de gusano, que no colapsaría por su propia gravedad.
No es una utopía, el vacío de Dirac, el efecto Casimir o la Energía del vacío sugieren que la energía negativa puede existir. Ya se ha demostrado la existencia de cantidades ínfimas.
La materia exótica es una inversión de lo que conocemos, cuya existencia es necesaria para que los puestes del universo se mantengan abiertos sin derrumbarse.
Mientras se avanza en esto, te sugiero viajar a través de la literatura, el cine, el arte y la música. Una experiencia única y maravillosa, al alcance de todos.
SI EL TIEMPO FUESE UNA AUTOPISTA
O las paradojas del viaje en el tiempo
Hoy me siento divulgativo, me voy a atrever a exponer un tema complejo e incluso controvertido, que me ronda periódicamente por la cabeza. Si ya es difícil explicarlo con ecuaciones, te puedo asegurar que no es más fácil hacerlo sin ellas. Pero lo voy a intentar.
Hemos oído que es posible viajar al futuro, pero que no es posible hacerlo al pasado. Aún con la confusión que el cine o la literatura generan sobre esta cuestión, esta es la versión más conocida y también la más aceptada por la comunidad científica. La teoría de la relatividad es el origen de estas afirmaciones.
Todos conocemos la paradoja de los dos gemelos en la que, mientras uno permanece en la Tierra, si al otro lo embarcamos en una nave espacial y lo ponemos a viajar a una velocidad próxima a la de la luz, por la dilatación del tiempo que teoriza Einstein, el reloj del gemelo que viaja se mueve más lentamente que el de su hermano en la Tierra. Cuando se encuentran años después resulta que el que ha viajado es considerablemente más joven que su hermano. Él sentirá que se ha desplazado en el tiempo, accediendo al futuro. Suponiendo que haya viajado durante 30 años, para su hermano habrán transcurrido 68,7 años (si el viaja entre el año 2050 y el 2080, aterrizará en la Tierra en el 2118).
Puedo asegurarte que la dilatación temporal está sobradamente probada. Por este efecto corregimos en los satélites GPS sus relojes constantemente, para paliar estos efectos relativistas. También se ha demostrado haciendo viajar a relojes atómicos en diferentes direcciones (retrasándose los que viajaron hacia el este en el sentido de la rotación de la tierra y, adelantándose los que lo hicieron hacia el oeste), con la desintegración espontánea de los muones y con varios experimentos más.
Pero estos viajes al futuro nos dejan muy insatisfechos, por el necesario viaje a altas velocidades y por el resultado limitado. Y si a esto unimos la imposibilidad de viajar al pasado, que nos dicta por ejemplo la violación de la causalidad que te explico a continuación, la decepción es absoluta para los soñadores como yo.
Aunque siempre hay un rayo de esperanza. Vemos una posibilidad teórica de viajar en el tiempo: los puentes de Einstein-Rosen, más conocidos como agujeros de gusano, que conectan dos regiones del espacio-tiempo.
Nos lo han explicado con una hoja de papel sobre la que trazamos una línea recta que representa el tiempo lineal, pasado, presente y futuro. Si doblamos el papel, los extremos de la línea se encuentran y, perforando los extremos con un lápiz, habremos creado un agujero por el que desplazarnos de un momento temporal a otro.
Los primeros gusanos teorizados (1935) conectaban dos agujeros negros, eran inestables y no transitables (se colapsaban antes de que la propia luz pudiese atravesarlos).
Los de Morris-Thorne (1988) son un modelo que si serían transitables, pero que tendrían la dificultad de mantenerlos abiertos y estables, para lo que necesitarían materia exótica, un concepto todavía por desarrollar (existen indicios).
Pero la Física es un ente vivo y cambiante, evoluciona y se abre paso de maneras insospechadas en territorios inexplorados. Doy fe plena de esto, por mi propia experiencia.
Así, mientras esperamos a que la ciencia abra esos caminos que nos ilusionan y que nos confirmarán la posibilidad de viajar en el tiempo, no debemos dejar de lado otra forma de viajar que llevamos practicando desde hace mucho tiempo: la novela histórica nos traslada al pasado de una manera que no hubiésemos creído posible. Yo he visitado el antiguo Egipto con un detalle increíble, la China imperial, Roma, la civilización Azteca y un largo etcétera de épocas pasadas, algunas remotas, otras más recientes.
La ciencia ficción nos ha hecho conocer con anticipación mundos futuros antes de que se hiciesen realidad. Muchos de los descritos no han llegado a hacerse realidad, al menos de momento en este universo, quien sabe si en algún otro lugar del multiverso… ¿No es esto viajar al futuro? Yo opino que sí.
¿Y qué hay de viajar al pasado y cambiar la historia? Me gusta la tesis de autoconsistencia de Novikov. Plantea que, si viajas hacia atrás, todo lo que hagas ya forma parte de la historia (ya ha ocurrido). Así responde a la paradoja del abuelo en la que los detractores del viaje al pasado se basan para negar la posibilidad de hacerlo: si matas a tu abuelo antes de que tu padre nazca, entonces tu nunca habrás nacido y no puedes estar en el pasado.
Novikov afirma que tu viaje al pasado está predestinado a no generar paradojas (si disparas a tu abuelo fallas, o lo hieres, pero sobrevive).
Otra teoría que defiende el viaje al pasado es la de los multiversos de Everett, que postula que, al alterar el pasado, no cambia tu propio mundo, sino que creas otro universo divergente. En este, tu abuelo muere, tu padre no llega a gestarse y tú nunca naces, pero tú sigues existiendo en el universo en el que llegaste a nacer. Así, viajar al pasado no cambia tu línea temporal original, sólo genera una nueva.
¿Y hacia el futuro? La Física no permite viajar desde el instante 1 al instante 2 directamente. Sólo explica la dilatación de tu tiempo para que aparezcas en el destino, previo viaje a la velocidad de la luz. Ya hemos dicho que esto nos resulta decepcionante ¿Nos conformamos? Yo creo que las ventanas abiertas nos llevarán a demostrar que hay otra manera.
Me inclino a regresar a la teoría de los agujeros de gusano, túneles o atajos a través del espacio-tiempo. Serían un puente que conectaría dos regiones diferentes del universo o incluso dos momentos distintos en el tiempo (recuerda el ejemplo de la hoja de papel doblada que perforamos).
Ahora, el reto de la Física es encontrar la manera de que el túnel no colapse. Una posibilidad es la materia exótica, un concepto que implica materia con energía negativa, esto es, una materia que en lugar de mostrar atracción gravitatoria, mostraría repulsión gravitatoria (gravedad negativa), lo que mantendría abierto y estable el agujero de gusano, que no colapsaría por su propia gravedad.
No es una utopía, el vacío de Dirac, el efecto Casimir o la Energía del vacío sugieren que la energía negativa puede existir. Ya se ha demostrado la existencia de cantidades ínfimas.
La materia exótica es una inversión de lo que conocemos, cuya existencia es necesaria para que los puestes del universo se mantengan abiertos sin derrumbarse.
Mientras se avanza en esto, te sugiero viajar a través de la literatura, el cine, el arte y la música. Una experiencia única y maravillosa, al alcance de todos.