Relato de mi admiración por esta magia que da título a mi blog
A veces me admira un escrito, un párrafo, una frase (célebre o no). Una sucesión de letras en un orden caprichoso, casi aleatorio, capaz de contener un significado capaz de estremecer.
Es una sensación interesante, como un flash, una revelación. Una genialidad que te hace temblar y que remueve algo en tu interior, ya sea en tu intelecto o en tu corazón.
Curiosamente te llevan de inmediato a pensar en el autor del texto ¿Qué clase de persona puede haber escrito semejante obra de arte? ¿Semejante clarividencia o, repetimos, revelación? ¿Qué lo habrá inspirado? ¿En qué circunstancias vitales se encontraba?
Y no digamos cuando vienen acompañadas de un contexto, de una historia, y los dice un personaje que en esa obra lleva el peso del carisma, que es el misterioso, sabio, héroe, gente corriente, villano bueno…
Los escritores, esos que sentimos la necesidad de plasmar cosas en un papel, cuaderno, block, diario, periódico o post, valoramos especialmente esos flashes de inspiración. E inevitablemente nos congratulamos y sorprendemos del poder de las palabras capaces de conmover a un solitario lector, de hacer reflexionar a muchos, o de exaltar a una multitud para empujarlos a hacer algo que se les proponga, a veces con el ánimo incluso de manipularlos.
Pero, ¿Sabes lo que más nos sorprende? ¿Dónde reconocemos al mago, al artista? Sí, exacto, es cuando leemos algo que es intrascendente, que no es una frase digna de ser recordada y escrita en piedra, sino que es algo melódico, hermoso, musical en si mismo y que eleva la situación que describe al estatus de escena inolvidable.
Como diría Bertolt Brecht “esos son los imprescindibles”.
Y los que aspiramos a comunicarnos, buscamos, lo queramos o no, este virtuosismo, esta forma de arte. Consciente, inconsciente, sublime.
He leído algunos posts de diversos temas que pretenden convencer (yo le llamo vencer o adoctrinar) a sus lectores, con explicaciones que estropean la musicalidad, la armonía del mensaje. Me suelo indignar, déjame leerlo, déjame estar de acuerdo o en desacuerdo, deja fluir la idea, las palabras, la imaginación… ¿Qué te parecería si te están interrumpiendo mientras suena una canción para llamarte la atención de algo, instruirte o vencerte?
Quizás por esto me gusta tanto escribir, porque sin la intención de hacerlo, sin pretenderlo ni buscarlo, a veces hago magia, y cuando lo consigo, me maravillo, me retroalimento. No he sido yo, ya me gustaría escribir así, me digo. Ha sido esa musa caprichosa que dirige nuestro bolígrafo o nuestra pluma, tomando el control de la escritura.
Ahí está el quiz, el yin, el dharma o la cábala. Y en conseguir que hable a través de ti. Para mí este es el auténtico poder de las palabras.
Buenas tardes.
Una cosa curiosa me acaba de pasar. Me acabo de dar cuenta que mi idea de literatura no es tan extraña como yo creía… Pues, en este texto está la descripción exacta de lo que yo llamo «el pez» y que es mi primer criterio a la hora de valorar una obra literaria, o de valorar la calidad del tiempo pasado con ella.
Me explico… Imagina un texto como un lago, calmo. Su superficie es prácticamente inmóbil. De repente, un pez salta y rompe el equilibrio, en un punto. El sonido inesperado te hace levantar la cabeza. Buscas el centro de los aros que van turbando la superfice. «Ecco», el pez es lo que tu llamas flash, la revelación. La figuración di una breve éxtasis.
Cuando salta el pez —il «guizzo» como decimos los italianos— se que valía la pena tanta espera… Un solo «pez» puede dotar de inmenso valor la obra más tediosa del mundo.
Una hermosa forma de describir la inspiración. Es realmente una experiencia mística para todos nosotros. Y es lo que te hace volver a coger papel y bolígrafo de nuevo, volver a intentarlo. Siempre hay una frase, un párrafo, que nos hace pensar que esto de escribir es la aventura que nos gusta emprender. Y aunque nos dejamos una parte de nosotros mismos en cada obra, seguimos buscando a ese pez que nos guía por este galimatías de letras, palabras, relatos, historias, vidas y sueños. Gracias por dejarnos tu comentario, amico italiano que manejas tan bien nuestro idioma.